20120105

Un año más

Llaman a la puerta.
-Un segundo...-Me digo a mí mismo mientras atravieso el pasillo dando saltos a la pata coja por intentar ponerme unos pantalones.
Llaman de nuevo.
-Voy...-Digo mientras me pongo la primera camiseta que había tirada por mi cuarto.- ¿Quién es?
-Soy el nuevo año, 2012.-Contesta desde el otro lado de la puerta.-Quería hablar contigo, ya sabes contarte lo que va a cambiar y ...
-No me interesa, gracias.- Le interrumpo y me doy la vuelta para volver a mi cueva.
-¡Espera un momento chico! ¿No te interesa saber qué te deparará este año?- Su voz suena con un timbre de maldad. No obstante, la oferta se me presenta tentadora. Pero no.
-Te he dicho que...
-Este año te llega bien cargadito de mierda, chico. Te lloverán golpes por todos los lados ¡No pienso dejarte respira!.- Se ríe muy sonoramente.- No voy a parar hasta hundirte en la miseria, tanto, que las patatas fritas te sabrán a mierda.- Nuevamente, su risa vibra tras la puerta.
-¡Tsk!...- Aprieto los puños con fuerza y siento como la ira recorre mis venas.- Eso será si yo quiero...
-¿Qué ocurre chico? ¿Tienes miedo?- Otra vez esa, risa. Me desquicia.-¿Qué harás? Dime ¿Qué piensas hacer cuando te aplaste?- Para entonces la puerta ya está cayendo. Yo me giro nada más oír el estruendo. Viene hacia mí, pero me espero ese primer golpe. Lo esquivo con facilidad echando el cuerpo hacia atrás, aunque me pasa rozando. En ese momento aprovecho que su centro de gravedad está muy desplazado y no tiene fuerza o punto de apoyo. Le sujeto con las manos, le golpeo con la rodilla derecha y le lanzo por encima de mi hombro contra el dintel de una de las puertas detrás mía.
-Vaya, parece que este año tampoco va a ser muy emocionante.- Bromeo y sonrío de medio lado mientras me froto la cabeza.
-¡Maldito cabrón! ¡Te aplastaré!- Se abalanza contra mí lanzando varios golpes por distintos lados. Pero no me supone ninguna dificultad saltar hacia atrás evitándolos al tiempo que le dedico media sonrisa.
Defiendo uno de sus golpes y lo sujeto con la misma mano. Clavo mi mirada en él y de nuevo le ofrezco una media sonrisa. Le dejo unas milésimas para saborear el miedo, y le ataco con una patada usando mi pierna a modo de guadaña. La ida lo deja casi besando el suelo. La vuelta le hizo llegar a palabras mayores.
Refunfuño con cara de "que puto coñazo, tiene pinta de pesar demasiado". Lo agarro como puedo y lo levanto haciendo un esfuerzo inhumano. Creía que moría aplastado. Tambaleándome torpemente por el peso del año, lo llevo fuera, al rellano.
-¡Tsk!...Parece que este año tampoco tendrá uvas.- Me río a carcajadas mientras dejo la puerta mal colocada en su sitio. Y vuelvo a mi pequeña cueva explicándome mentalmente lo gracioso y absurdo del comentario.

                                                                                             
                                                                                                << Con o sin propósitos, este año tampoco podrá conmigo>>

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