Ven conmigo.
Despójate de todos tus sentimientos,
de todas tus inútiles emociones.
Toma mi mano,
déjame guiarte y protegerte.
Agárrame fuerte,
dejando atrás todo recuerdo.
Olvídate del dolor,
del sabor de los besos,
del tacto de la lluvia.
Olvida todo tu sufrimiento.
Ya es la hora de que sientas la felicidad en tu cuerpo.
Ven,
déjame hacerte eterna.
Déjame volverte perfecta ante los ojos de Dios.
Confía en mí,
déjame mostrarte el camino hacia tu castillo.
Sostén fuertemente mi mano.
Ven conmigo.
Despójate del odio
y acércate hacia la penumbra.
Ven conmigo
y conviértete en la reina de las tierras sobre tu tumba.
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